lunes, 30 de mayo de 2011

El Bulli


Hola, vivimos la leyenda!! Conseguí aún no se cómo, una mesa en el Bulli. Llevaba años intentándolo, pero esta vez ha habido suerte. La reserva era para las 8 de la tarde, y a las 7 y media nos abrieron las puertas. Había gente que venía de Estados Unidos solo para cenar allí, ya que también les costó poder reservar. Había gente de todo tipo (pijos, familias enteras adineradas y gente que ya había venido más de 20 veces).
Lo primero que hacen es darte la bienvenida y enseñarte la cocina, presentándote personalmente a Ferrán Adrià, incluso la persona que nos guiaba se memorizó mi nombre y me presentó a Ferrán como David Vela (todo un lujo). Después te acompañan a la mesa.

Como veréis y seguramente ya sabíais, el Bulli en cuanto a decoración, es más bien clásica, pero con detalles de un restaurante de primer nivel (mantelería, cubertería de plata y diseño, copas Riedel, platos de diseño vanguardista, etc.). Y el tamaño, por desgracia, es bastante reducido, unos 50 comensales.

Lo mejor, es la legión de camareros que te atienden, lo primero que hicieron fue confirmar que no teníamos alergias a ningún alimento, cosa que por mail ya nos preguntaron, y también querían saber si había alguna comida en especial que no nos gustara, es decir, el menú degustación se podía adaptar a tu gusto. El personal no fue para nada estirado, era gente de un montón de países, que incluso algunos pagaban por trabajar allí, no había ningún camarero antipático ni estirado, era gente muy llana y humilde, algo que en un restaurante que ha sido 5 años seguidos el mejor del mundo, pues es de alabar.
Empezamos con los platos:
Los cócteles de bienvenida (cada 2 o 3 minutos traían un plato)
1- Fresa con Campari (se comía en dos bocados), de este plato no hay foto, ya que sirviendo fueron muy rápidos.
2- Flauta de Mojito y manzana (en la foto está ya mordisqueada, no lo pude resistir). La textura y sabor eran impresionantes.

3- Almendra-fizz con amarena-LYO (era una espuma con vodka, Amareto, soda y leche de almendra, con una cereza liofilizada (por congelación extraen el agua de la cereza))

Los primeros:
4- Empanadillas de alga nori (con la que se hace el sushi) con base de sésamo y cítricos (se comía en dos bocados).

5- Porra liquida de avellana

6- Doritos de maíz (por supuesto hechos por ellos)

7- Raviolis de pistachos

8- Avellanas con frambuesa

9- Porras de queso parmesano (riquísimas)

10- Chip de aceite de oliva (de lo mejor)

11- Granizado de Bloody-Mary (solo se comía lo de arriba)

12- Corteza de bacalao con espuma de miel

13- Tortillita de camarones

14- Langostino hervido

15- Gamba con dos cocciones, la cuchara es el concentrado de la cabeza de la gamba, que se bebía primero, y de la gamba se comían hasta las patas. Otro de los mejores para mí.

Los Segundos (eran las 20:40, y ya llevábamos 15 platos, la sincronización en el servicio era perfecta, porque aunque parezca que iban demasiado rápido, el tiempo era el ideal entre plato y plato)
16- Pechugas de Codornices con escabeche de zanahoria y diferentes especies

17- Cardamomo tostado (este plato no se comía, solo se debía oler al comer los siguientes platos)

18- Canapé de tordo (un pájaro)

19- Costillitas de tordo

Durante estos platos, bebimos dos vinos blancos (más fáciles de maridar con tanta variedad de sabores). El primero era un Riesling de Alsacia (Les Elements 2008), que me decepcionó bastante, ya que buscaba un vino con mas textura y aroma. El segundo era un Côtes-du-Rhône, con viognier, Marsanne, Clairette y Bourbolenc (Coudolet 2005), este si alcanzó mis expectativas, ya que se mostraba más graso y maduro que el anterior.
Seguimos con el espectáculo! aquí el servicio de platos ya se ralentizaba algo más, premeditadamente por supuesto, ya que superábamos los 20 platos.
20- Cappuccino de caza (era una espuma con sabor a carne de caza).

21- Tratar de tomate, (con escamas de hielo encima)

22- Tiramisú japonés de diferentes texturas

23- Cerillas de wasabi con Soja

24- Crema de caviar, con caviar y caviar de avellanas. (Teníamos que adivinar, cual era cual y no era tan fácil)

25- "drap" de Tartufo (Trufa), se debía de oler y luego comer, junto con el siguiente plato.

26- Blinis de queso Saint Felicien, donde pusimos la trufa del plato nº25

27- "macaron" de parmesano

28- Llangueta templada (es parecido al chanquete), nos las templaron "in situ".

29- Angulas (que no las "gulas" del norte) al vapor (no las había probado nunca, y están de muerte).

30- Almeja negra, junto con su agua (se bebe primero su jugo, y luego se come la almeja)

31- Lulo (fruta sudamericana) con "ceviche" (es un cocido) con molusco y un majado de cilantro

32- Taco de Oaxaca, con aguacate y cilantro

33- Gazpacho y ajo blanco. La parte del centro era el gazpacho, lo que hacen es congelarlo, y al descongelarlo lo decantan, para separar la parte sólida y líquida del mismo, y así se quedan con la parte sin color y con todo el sabor, que vuelven a congelar. De los platos que más nos gustaron.

34- Papillote de endivia al 50%, con nueces tiernas y caviar de aceite de oliva.

35- Ostra con Becada (pájaro)

36- Becada con Ostra, lo mismo pero al revés

37- Rissotto de moras con salsa de liebre.

38- Ravioli de liebre con su boloñesa y su sangre. Nos sirvieron el plato que veis en la fotografía, y luego nos sirvieron una copa en la que nos decían que estaba la sangre de la liebre. Pero realmente era una reducción de remolacha, con alguna hortaliza más.

Y comenzamos con los postres....
39- Fresas calientes con consomé de liebre

40- Castañas miméticas (lo parecen pero no lo son)

41- Terrones de azúcar al té y lima, con un dosificador añadíamos aceite de oliva al gusto, a cada uno de los terrones.

42- Nem Floral. Postre riquísimo.

43- Coca de vidre

44- Filipinos rellenos de liquido de coco.

45- "Pets" de fresa y praliné

46- Caja de chocolates, todos artesanos y realizados por ellos, y de un tamaño brutal!

En cuanto a vinos, nos atrevimos con un tinto en los platos finales. Un La Grange des Pères 2001, no le costó mucho abrirse, fue acertada la decisión del Sommelier.
Luego con los postres, bebimos dos rarezas... un Malvasía de Sitges (si, si de Sitges), de limitadísima producción, solo queda un pequeño productor en el hospital de Sant Joan Baptista.
Y el otro es un Pedro Ximénez Noé de González Byass (un vino con más de 30 años de crianza).
Luego acabamos en la terraza (con el frio que hacia), escuchando el romper de las olas del mar, bebiendo Grapa y fumando un Habano Trinidad edición limitada 2010, que estaba riquísimo.
Esperamos haberos dado muchísima envidia, además de daros a conocer el mejor restaurante del mundo. El que muchos critican sin conocerlo, y erróneamente piensan que se quedaran con hambre al comer allí, o que estarán en un ambiente incómodo o demasiado frio y snob. Se equivocan. Ferrán Adrià es un artista, y lo hemos comprobado y El Bulli es un restaurante para vivirlo intensamente, sin complejos y la mente abierta.
Saludos.

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