miércoles, 25 de mayo de 2011

Los Quesos Franceses con AOC: El Brie de Meaux


Brie de Meaux
Origen: Seine-et-Marne
Leche: Vaca
Materia grasa: 45%
Mejores estaciones: Desde finales de primavera hasta finales de otoño
Forma: Disco delgado
Dimensiones: 35 cm de diámetro, 3 cm de espesor
Peso: 2’5 Kg
Gusto: Afrutado
Textura: Meloso

Este gran queso de la región norte de Francia, se remonta a la Edad Media, y el primer rey que se intereso por él fue el gran Carlomagno. Este después de que conquistara la Lombardía en el 774, y no siendo emperador todavía, hizo un alto en el Priorato de Rueil-en-Brie, donde para cenar, los monjes le ofrecieron un queso hecho por ellos, al cual llamaban brie. Carlomagno encontró ese queso delicioso y les pidió que se lo enviaran regularmente a su palacio de Aix-la-Chapelle.
Este fue el primer gran personaje que se intereso por este tipo de queso, pero a lo largo de la historia ha habido muchos otros, desde François Rabelais, pasando por la pareja real formada por Enrique IV y Margarita de Valois, más conocida como reina Margot, llegando a ser el origen de la detención (Junio de 1791) y posterior decapitación de Luis XVI.
Ahora que ya conocéis un poco más de la historia de este queso, estoy segura que no os podréis resistir a los encantos de un buen brie de Meaux.
Un buen brie de Meaux tiene que tener un corazón refinado y homogéneo. Este brie puede presentar algún que otro defecto,uno de los cuales es que la corteza se separa de la carne; en este caso, y sobre todo si notáis un ligero hundimiento, sabed que será una señal de mala calidad.
El brie de Meaux es un queso con carácter, pero no con mucho genio, así que gusta a todo el mundo. Es suave y sin tener un gusto muy fuerte. Es ideal para degustar en un buffet, se puede servir como queso único o dentro de una comida, para comer en casa o para llevárselo a un picnic. Por mi parte yo lo prefiero dentro de una comida, solo o con otros quesos.
Os aconsejo que lo probéis acompañado de una buena sidra gasificada, seca y fresca, os digo lo de gasificada porque en el norte de España se acostumbra a beber sidra natural, mientras que en el resto del mundo se toma la sidra gasificada, como podría ser la Magners. La mezcla sorprenderá y será un éxito. Al final de la comida, la sidra os permitirá seguir con otro entrante, más exactamente, os hará querer volver a reanudar el queso. Según los especialistas, esa sensación es provocada por el gas carbónico de la sidra, que favorece la acción de los jugos gástricos y simula la digestión.
Ahora ya sabéis un poco más de este queso, al que estamos tan acostumbrados a ver en comercios y grandes superficies, así que os animo a que lo probéis de nuevo, y si podéis acompañarlo por una buena sidra gasificada fresquita.

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