sábado, 23 de junio de 2012

Visita al Celler de Can Roca

Después de que me pidiera matrimonio en el Bulli, justo un año y medio antes, al día siguiente de casarnos, mi marido consiguió una reserva en este restaurante, al cual deseábamos ir con impaciencia.
Al entrar estaba Josep Roca en la recepción y rápidamente se ofreció a mostrarnos la bodega y cocina del restaurante, quizás con demasiada prisa, pero con el guion bien aprendido.



Antes de comenzar te invitan a Copa de cava de la bodega albet y noya, y suelen preguntar al principio si hay algún producto que te no gusta del menú.
Tienes dos menús a escoger, el menú degustación (el “normal”), que cuesta 130 euros, y el festival que cuesta 160 euros (el más completo), y después comienza la fiesta!!

A los 6 min. nos sirvieron unos snaks antes del menú. El primero fue un Snak de sabores del mundo con 5 sabores de países donde han estado Josep y Joan Roca,. Lo presenten con un envoltorio de papel decorado con el mapamundi y en un soporte que hacia que estuvieran como en órbita. Eran esferificaciones, con sabores y texturas distintas, de los siguientes países. Korea del sur, Perú, México, Marruecos y Líbano.










Después nos sirvieron unas Olivas caramelizadas, rellenas de anchoas. Estas se encontraban colgando de un pequeño olivo natural, y sin ser tan espectaculares como el primer snack, estaban muy buenas.











A los 20 minutos ya estábamos con el tercer snack, que eran unas esferificaciones de Campari.
Seguidamente nos sirvieron unos espectaculares  calamares a la romana, que consistían en un mini-recipiente comestible que contenía pequeñas esferas de lo que parecía el rebozado, y por debajo una especie de salsa con el sabor del calamar. El sabor era espectacular.    










Para comenzar el menú, pedimos un cava muy especial, el Turó d’en Mota del 2002, al no haber de esta añada, nos sirvieron la del 99, que fue la primera añada de este gran cava (140 euros).
El siguiente aperitivo, fueron unos mejillones de roca con crema de Niguiri, servidos en cucharas de nácar, seguidamente nos presentaron un bombón de moixernó (todo riquísimo).











Después nos sirvieron en un recipiente, que luego se separaba, un Brioix relleno de mantequilla muy suave de moixernó, junto con un caldo de escudella. Este plato estaba especialmente delicioso. Nos ofrecieron toda una variedad de panes (de tomate, de vinagre, aceite y de vino…etc.).Todos buenísimos.

 A la media hora, comenzamos con el menú propiamente dicho. El primer plato era “ostra con perla negra”, que consistía en una ostra sumergida en su jugo, con zumo granizado de melón y pepino, manzana y jalea de lima. Estaba impresionante.



Seguidamente nos sirvieron un gazpacho de olivas con mojama y anchoas. Plato escaso, pero bueno.
El segundo plato consistía en una infusión de sauco con cerezas al Amaretto, cerezas al jengibre y sardina ahumada. No es de los que más recordaré.









El tercer plato, era una olivada “gazpacho” de aceitunas negras, helado de oliva manzanilla, pan tostado con aceite, mousse de oliva gordal picante y oliva picual.



El cuarto plato, era un frio/caliente. Comtessa de espárragos blancos con trufa (plato frio) y Puntas de espárragos de navarra con ajo negro (plato caliente). De los mejores.

5º Plato. “Toda La gamba”, con gamba de Palamós a la brasa, arena de gamba, rocas de tinta, patas fritas, zumo de la cabeza y esencia de gamba. Este plato era casi calcado al que tenía el bulli en el menú de su último año.
Desde que pusieron el pan, cayeron bastantes grumos en la mesa, lo sorprendente es que sirvieron dos platos con la mesa llena de grumos, y ya en el tercero, tuve que llamar la atención del camarero, para que lo limpiara. En un restaurante de este nivel, este pequeño error, no deja al servicio en muy buena posición.









6º plato, Besugo de la piga, con yuzu (cítrico japonés), bergamota (cítrico calabrés), y unas lagrimas de alcaparras.

7º plato, brandada de bacalao en texturas, con estofadillo de tripa y espuma de bacalao, sopa de aceite de oliva y escaluñas (un tipo de cebollas) con miel.










Al acabar este plato nos sirvieron mi segunda elección de vino para esta comida tan especial. Escogí un Borgoña que nombró Álvaro Palacios en una cena presentación en el “7 portes”, donde tuvimos la oportunidad de conocerle, y en el que habló del placer que sintió pocos días antes al probar este vino. Se trata de un Côte de Nuits, AOC Chambertain, Domaine Jean Trapet Grand Cru 2003 (280 euros). Nos los sirvieron en copas Riedel Sommelier Bourgogne, a temperatura perfecta, y a pocos minutos de su punto óptimo de degustación. Este es de momento, el mejor vino que he probado jamás. De una elegancia y sedosidad, jamás conocida por mí. Con aromas florales y notas dulces. He de decir, que nunca había probado vinos de esta gama de precios.










8º plato, Cerdo ibérico al Riesling, con Tarrina de Mango, melón con remolacha, puré de remolacha, ajo negro, cebolla y concentrado de naranja. Otro de los mejores platos del menú.
Recibimos de nuevo la visita de Josep Roca, interesándose por cómo estaba yendo la comida. Aprovechamos para pedirle algunos favores (fotos, autógrafos…), a los que accedió sin problemas, y le explicamos que estábamos celebrando nuestra boda. Nos atendió muy amablemente, y nos presentó el siguiente plato.



9º plato, Roger (salmonete) cocido a baja temperatura relleno con su hígado y con gnocchis de naranja (no hay foto de este plato).
10º plato, lletons (glándulas) y ventresca de cordero con setas, con una esencia como de brasas. Plato de texturas y sabores muy tradicionales. Riquísimo! El mejor del menú para nosotros.

11º plato, hígado de palomo con cebollas. Nueces caramelizadas al curri, jinebro, piel de naranja y hierbas. Otro de los mejores para nosotros.
12º plato Y ahora, después de más de 2 horas de placer gastronómico, vienen los postres, comenzando con un Albaricoque caramelizado, que realmente es una esfera de azúcar, rellena de vainilla y una crema de albaricoque, pero parecía de verdad un albaricoque. Los postres parece que superan a la comida. Estaban increíbles.



13º plato. El siguiente postre son unas fresas con nata. Las más originales que hemos visto jamás, con una nube artesana dentro de una espiral de azúcar.

14º plato.El último plato del menú festival, es el hojaldre de Moca, que consiste en un crujiente de anís con espuma de moca y granizado de café.














Después cuando parece que han acabado, te traen un carro de bombones especialmente diseñado por Andreu Carulla para el Celler de Can Roca, del cual puedes escoger los que mas desees. El colorido y sabor de estos bombones es espectacular. Lo que me confirma que en el apartado de postres y bombones, son lo mejor que he probado.


Para acompañar estos dulces, pedimos unas copas de vino especial. Una de la bota de viejo Cream nº19 de Navazos, un vinazo de una estructura brutal, con una solera de más de 100 años de vida, y solo 600 botellas de 37 cl. elaboradas. El otro vinazo fue un Venerable Px 30 años, realmente espectaculares los dos.







Acabamos el espectáculo en la terraza del restaurante, donde de camino pudimos hablar tranquilamente con Joan Roca, confirmándonos lo durísimo de este negocio. En la terraza nos habilitaron un sofá rápidamente,en el que estuvimos más que cómodos.


Rematamos con un Gin Tónic espectacular marca de la casa, y una copa de un viejo Marc de Chateauneuf du Pape, acompañado de un habano Montecristo, perfectamente conservado en una cava especialmente habilitada, y con multitud de opciones. Lo sorprendente es que el camarero, no supiera que encendedor era el adecuado para el habano o no lo localizara. En resumen, fue espectacular, pero como las comparaciones son inevitables, considero que el personal debe estar mejor formado, ya que presenciamos errores que en un restaurante de este nivel, no son nada habituales.




Muy, muy recomendable.

1 comentario:

  1. Efectivamente los postres fueron completamente diferentes a los nuestros Anna!!!

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